cepo al empleo | Noticias
La gestión económica de alberto fernandez hace agua por muchos costados y él mismo reconoce que la situación es muy difícil. Pero tiene explicaciones a medida: la herencia del gobierno anterior (sobre todo en dos aspectos: la deuda contraída con el FMI y la inflación del 54% que hubo en 2019), la pandemia (que expandió el gasto) y la guerra en Ucrania, con la consiguiente alteración del equilibrio económico internacional. Salvo el último punto que todavía es cuestionable hasta que punto trajo perjuicio o beneficio económico integral para el país, son elementos para considerar en una evaluación global. Pero este 2023 se grega a la larga lista de años de bajo o nulo crecimiento, aunque las proyecciones ya indican que podría producirse una caída por la crisis de estrangulamiento externo debido a lo que desencadenó la sequía.
Los números. El cálculo conservador realizado a principios de año daba que la economía tendría una caída del 2% en la actividad económica. Eso fue lo que Marina dal Poggetto y Sebastián Menescaldi, directores de la prestigiosa consultora Eco Go proyectaron para todo el año por la combinación de la pérdida de dólares y la creciente inflación. Hoy recalculan esa estimación que había sido calificada como pesimista por muchos qu’ahora prognostican el advenimiento de tormentas hiperinflacionarias. Mientras tanto, para el Gobierno hay indicadores que muestran un costado alternativo, oculto bajo el vértigo inflacionario y las reservas bajo cero con que lidia a diario el Banco Central. La cuantía de la vacancia en el último trimestre de 2022 fue del 6,3%, una de las más bajas de la historia reciente.
Para el economista Matías Surtdirector de la consultoria Invecq, vale la pena planteó la confusión de indicadores «formales» e «informales». «El INDEC mide la actividad economica no es de actividad economica formal, la mide integralmente, con datos formales y estimaciones de la informalidad. Y el ejemplo mas claro es el mercado laboral, donde el INDEC mide la tasa de desempleo (cercana al 6, 5%) pero si midiera sólo el trabajo formal, la tasa de desocupación sería mucho más alta, casi un récord”, explicó.Creemos que la actividad económica está contrayendo desde un punto alto (en el tercer trimestre de 2022) luego de una reactivación de l’empleo público que tracciona los números del mercado laboral, pero que es de baja calidad y otro segmento vinculado a cooperativas de programas de empleo que son registrados como ocupadosdestaca.
Un trabajo reciente de IDESA negativa con datos esta confirmacion, pero mira la tendencia de la ultima decada: a partir de 2012 los empleos que se crean fueron de baja productividad, lo que asegura salarios con un techo muy cercano. De los 2,8 millones de nuevos puestos (al 31 de diciembre del año pasado), 1,3 millones fueron de cuentapropistas registrados (de ellos sólo 65% son monotributistas, el resto, son cooperativistas, etc.), 740 mil empleados estatales y otros 700 mil trabajadores de la economía informal.
Además, para mostrar sus ingresos IDESA calculó que sólo el 20% de los monotributistas están enscriptos con las categorías D o superiores, que implican una facturación promedio mensual con un piso de $200,000. Los que perdieron el segmento privado y formal fueron una alarmante minoría: 100 mil (sólo 3% del total de puestos surgidos), pasando en total de 6 a 6,1 millones en total. Una radiografía que desmiente el poder dinamizador del «Estado presente» para la creación de empleos de calidad y plus sueldos. Como sabe, la explicación que encuentra a esta débil respuesta del sector privado está en el entramado labor regulatorio que inhibe las contrataciones para las empresas pequeñas y medianas, que constituye el horrible de los patrones, cristalizado en el creciente costo laboral (sin salario) . «Estos obstáculos son el resultado de vetustas leyes laborales y convenios colectivos de trabajo que datan de la década de los ’70 y ’80 y nunca, salvo las escalas salarios, fueron actualizados. The “protection al trabajador” quedó, como lo muestran las se evidencia, en una mera declamación, que la obsolescencia de las normas laborales conduce a cada vez más gente a empleos por fuera de las normas laborales”, subraya.
en baja. Quizás esta tendencia también señala otro lastre para el mercado laboral: salarios en baja. Si los gremios más poderosos pueden ir siguiendo el ritmo acelerado de la inflación, ya vimos que este porcentaje no es más que un tercio del total de la población económicamente activa. Para el resto, un alza del IPC que para mayo las consultoras privadas estiman en el 120% interanual, les cuesta cada vez más lograr empatar la suba de los precios.
El economista de la Universidad Di Tella Martín González Rosada elaboró un tablero de monitoreo (el «Nowcast de la pobreza») por el cual va siguiendo esta lucha desigual. La tasa estimada de pobreza (42.4%) debe agregarse una novedad que respalda los datos anteriores: 19% de los trabajadores formales viven en hogares pobres. O sea que un trabajo en blanco tampoco está asegurando ahora mismo un pasaporte para huir de la pobreza. Claro que si nuestro fijamos en los cuentapropistas dicho porcentaje aumenta hasta 40% y hasta 45% en el caso de los informales.
El choque climático. Otro impacto negativo está vinculado con el freno a la actividad económica que se desencadenó con la sequía. Además de haber afectado los saldos exportables, toda la cadena productiva de la zona agropecuaria sufrió la caída abrupta en la actividad. Además, cayó sur la zona más dinámica de la economía, cosa que se verificó, por ejemplo, en el último censo poblacional: la estrella del crecimiento fueron las ciudades medianas de los enclaves productivos del cinturón agrícola y de las cuencas petroleras y gasíferas. No hay mucho que explicar a quién hace años vive de su trabajo: el empleo se termina localizando allí donde la productividad paga mejores salarios y establece un colchón de condiciones laborales atractivas.
El estrangulamiento externo afectó, además, la importación y con ello, la libre disponibilidad de insumos intermedios que presentó otro cepo unpensado, que encareció y retardó la producción. A ello se le suma la inestabilidad propia de la época electoral y las expectativas devaluatorias que los magros resultados del «gorra trip» de Sergio Massa y el propio Alberto Fernández por China, Brasil y próximamente los Estados Unidos, no logra ahuyentar.
El mar de fondo no es otro que una economía que muestra signos de debilitamiento más allá de esta coyuntura, agravada por los factores mencionados. Es, además de Venezuela, el mal desempeño de la década. Pero incluso argentino, yendo más atrás, en los últimos 50 años el ingreso por habitante de la región creció 110% contra un gran 15% en el caso, según una proyección realizada por Invecq y Maddison.
Por ejemplo, en un estudio reciente realizado por el economica Marcos Cohen Arazi, de IERAL, señala que el gobierno actual arrancó con un total de 533.000 micro y Pymes, según datos de AFIP a enero de 2020. Acumula una pérdida de 12.000 empresas de esa envergadura hasta enero de 2023, lo que implique 80 empresas menos por semana en todo este período.
aumento de la inflación, eterno déficit fiscal (-4.2% del PBI para 2022 y números en rojo desde 2008 a la fecha), mercado laboral fragmentado y estancamiento económico componen una ecuación que choca con la misma realidad que fue creando. Este año sólo se podrá esperar que el «plan Llegar» cumpla sur hecho, pero la tarea pendiente quedará para el volumen la «papa caliente» que dejará la dupla Fernández el 10 de diciembre.
por Tristán Rodríguez Loredo

